THELAZIA
El gusano ocular o gusano oriental del ojo es el nombre común para Thelazia callipaeda que es un nematodo (gusano redondo). Es una patología ocular cada vez más frecuente en
nuestras mascotas. Originaria y endémica del Lejano Oriente, T. callipaeda se ha desplazado en los últimos años y ahora también es común en muchas partes de Europa y ya ha sido
diagnosticada en España.
Pero, ¿qué significa esto para los perros y sus amos?
Se transmite a través de la mosca Phortica variegata, que son las huéspedes intermediarias. Los gusanos adultos liberan larvas de primer estadío (L1) en las secreciones conjuntivales de los
animales infestados y estas son ingeridas por las moscas mientras se alimentan de las secreciones del ojo del animal. Estas L1 evolucionan a la forma infestante (L3) en unas tres semanas. Pasan al
aparato succionador de la mosca y, nuevamente al alimentarse, se depositan en el ojo del hospedador.
Dado que las moscas son las transmisoras de esta patología, su incidencia es mucho mayor en verano.
La thelaziosis afecta principalmente a perros, pero también a gatos, animales silvestres como lobos, zorros e incluso en el ser humano.
Los casos de perros infectados con T. callipaeda ya han sido confirmados en toda Europa, incluyendo Italia, Suiza, Francia, Alemania, España y Portugal.
Los signos clínicos de la enfermedad se inician a los 7-15 días y son consecuencia del movimiento de los nemátodos en la superficie del ojo, produciendo irritación de la conjuntiva. Los síntomas más comunes incluyen conjuntivitis, epífora, leve blefarospasmo, secreción serosa (que puede evolucionar a seromucosa y mucopurulenta por infecciones bacterianas secundarias), aumento significativo de los folículos linfoides conjuntivales, ocasionalmente se produce prurito y blefaritis en casos crónicos. En un caso excepcional se encontró un verme localizado intraocularmente. Los gusanos se pueden ver a simple vista como hilos blancos de entre 7 y 17 mm en la conjuntiva o saco conjuntival del ojo, aunque en muchas ocasiones su presencia puede pasar inadvertida dado que se esconden debajo del tercer párpado. A los dueños lo que más nos va a llamar la atención es la excesiva secreción ocular y el contínuo frote de los ojos con las patas por el picor.
Una vez diagnosticado un caso de thelaziosis, el tratamiento inicial consiste en retirar el máximo número de vermes mediante lavados con suero salino y bastoncillos. Se recomienda hacer una citología para el control de infecciones secundarias. Como tratamiento definitivo se puede usar moxidectina tópica o sistémica (esta última vía confiere cinco meses de protección contra la thelaziosis), milbemicina (se debe mantener la administración mensual como profilaxis) o ivermectina.