DIABETES
La diabetes mellitus, al igual que en las personas, es una enfermedad que vemos en perros y gatos. Consiste en un defecto de la función del páncreas y en un déficit de insulina que hace que las células del organismo no puedan aprovechar la glucosa. La glucosa queda en el torrente circulatorio y observamos una elevación de sus niveles en sangre. De modo muy similar a lo que ocurre en personas, los niveles de glucosa normales están entre 80 y 120mg. Entre 130 y 180, las elevaciones no son muy importantes y, muchas veces, carecen de significación clínica. Si los valores de glucosa superan los 180 o si, estando por debajo, aparecen síntomas como un exceso de ingesta de agua y comida y un exceso en la producción de orina, debemos prestar atención a lo que ocurre a nuestra mascota ya que puede ser diabética. Según los niveles en sangre suben, aparecen nuevos signos como es la presencia de glucosa en la orina (glucosuria), porque las células del riñón pierden la capacidad de reabsorberla. Elevaciones extremas que pueden rondar los 500mg, pueden ocasionar trastornos en los ojos (cataratas diabéticas) y en el sistema nervioso (letargia, estupor e, incluso, coma).
Las causas de la diabetes son múltiples. Desde predisposición genética de algunas razas, destrucción de las células beta del páncreas, pancreatitis, síndrome de Cushing, etc. Cabe aquí destacar un factor de riesgo muy importante que es la obesidad. Animales obesos son mucho más susceptibles de padecer diabetes. Aunque es un tema que ya hemos tocado, queremos insistir en la necesidad de controlar el peso de nuestras mascotas. No es un problema estético… es un problema importante de salud.
Para diagnosticar esta patología, junto con los síntomas clínicos, nos apoyaremos en un análisis de sangre en ayunas para determinar los valores de glucosa. También es importante un análisis de orina para ver si los riñones han perdido o no su capacidad de retener glucosa.
Una vez diagnosticado el animal, hay que iniciar una terapia consistente en un manejo dietético y médico. El tratamiento médico de elección es el uso de insulina para todos los perros con diabetes y para la mayoría de los gatos. Puede ser bastante dificultoso concretar la cantidad de insulina que debemos administrar a cada animal, por lo que se debe hacer un estudio individualizado muy preciso y un seguimiento estrecho para hacer las correcciones necesarias hasta lograr estabilizar completamente al paciente y su medicación. Un apoyo importante al tratamiento de la diabetes es la esterilización de las hembras enteras que se diagnostican. La esterilización se aconseja porque determinadas hormonas, como la progesterona, pueden provocar resistencia a la insulina.
Si observa que su animal comienza a comer y a beber más de lo normal de un modo claro, debemos acudir a la clínica para determinar si la causa es una diabetes o alguna otra de las enfermedades que pueden cursar con síntomas similares.