Las cuestiones sobre reproducción son de las más frecuentes en la consulta diaria. Además es uno de los aspectos de la vida de nuestras mascotas que más mitos encierra.
Lo primero que debemos saber es a qué edad ocurre la pubertad en nuestras mascotas. Como norma general, aunque con variaciones muy significativas a veces, el primer celo en las perras y gatas o la pubertad en los machos ocurre hacia los 6 meses de edad en animales de pequeño y mediano tamaño. El primer celo en perras de razas de gran tamaño puede retrasarse notablemente, incluso hasta el año y medio. Si queremos que nuestra perra o gata tenga una camada, la edad ideal es a partir de los dos años y medio. En este momento es cuando el animal ha alcanzado su madurez física completa. Si tenemos claro que no queremos que nuestra mascota críe, debemos tomar en consideración la idea de esterilizar.
Si rehusamos la esterilización deberíamos conocer lo siguiente. En la perra el celo suele ocurrir cada 6 meses y dura unas tres semanas. No obstante, como ya hemos dicho antes, los datos de frecuencia y duración puede sufrir variaciones a veces muy importantes sin que sea un estado patológico. La gata suele tener dos periodos anuales de celo. Aproximadamente suceden desde finales de febrero hasta finales de mayo y el segundo de mediados de agosto a principios de octubre. En estas épocas, las gatas suelen tener celos continuados, con unos pocos días de reposo entre uno y otro. Existen, como siempre, excepciones a esta norma y, algunas gatas, presentan celos fuera de la temporada habitual. Los machos de ambas especies no tienen épocas de celo, sino que pueden cubrir a una hembra en celo en cualquier época.
Si optamos por la esterilización, según nuestra mascota, debemos hacerlo en un momento o en otro. Si tenemos un gato, macho o hembra, el momento ideal es hacia los 6 meses (al alcanzar la pubertad). Evitamos así que nuestro gato macho comience a marcar toda la casa y a fugarse en busca de gatas en celo, y si tenemos una gata, evitaremos las fugas y los molestos maullidos que emiten durante el celo. En caso de que nuestra macota sea un perro, podemos hacer la esterilización en cualquier momento a partir de la pubertad. En el caso de la perra, se recomienda hacerlo antes del primer año ya que de este modo prevenimos de forma muy clara la aparición de tumores mamarios en el futuro. Hay estudios que indican que en perras ovariohisterectomizadas antes del año, la incidencia de tumores mamarios se reduce en más de un 95%. Este porcentaje va disminuyendo con la edad hasta que, a los tres años, la esterilización no influye en la aparición de estos tumores. Esto sucede porque, en la perra, los tumores de mama tienen un desarrollo muy ligado a la influencia de hormonas estrogénicas en los primeros años de vida.
La esterilización tiene ventajas e inconvenientes que debemos conocer. También hay que eliminar bulos y falsos mitos sobre la reproducción de nuestras mascotas, como:
- La perra necesita tener, al menos una camada. Si no, se vuelve loca.
- Una variante más erudita dice que: si la perra no tiene una camada, tendrá tumores de mama.
- Las perras que tienen embarazos psicológicos, es porque no han tenido cachorros.
- Estas y otras barbaridades se oyen con cierta frecuencia en la clínica. Muchas de ellas, se deben a que personificamos en los animales sentimientos y comportamientos propios del ser humano.
La principal desventaja de la esterilización de las mascotas es que hablamos de una acción irreversible. Si tenemos dudas sobre querer, o no, una camada, no debemos esterilizar a nuestro animal. Existen métodos farmacológicos para evitar los celos en las hembras sin necesidad de una esterilización permanente, pero en nuestra experiencia, son fármacos que dan problemas muy serios a largo plazo (tumores mamarios, quistes ováricos y uterinos, piómetras,…). Por esto son aconsejables sólo en casos muy excepcionales. En este artículo, cuando hablamos de esterilización, nos referimos a la esterilización quirúrgica definitiva. Otro inconveniente de la esterilización es la tendencia a la obesidad de los animales castrados. Esto, sin embargo, es algo que podemos controlar cuidando la dieta y el ejercicio como ya vimos en otro artículo.
Las ventajas ganan, sin duda, a los inconvenientes. Evitamos patologías de ovarios y útero en perras y gatas, prevenimos los tumores mamarios en la perra, evitamos el marcaje de los gatos machos, disminuyen las peleas entre gatos, evitamos celos y camadas no deseadas (lo que ayuda a prevenir el abandono de cachorros), eliminamos embarazos psicológicos, se evita la hiperplasia prostática en los machos, eliminamos las molestias del manchado en las perras, etc.