Existen alrededor de una docena de tipos de agresividad canina. Entre todos estos tipos podemos destacar la agresividad por conflicto, por dominancia, posesiva, territorial, entre perros, inducida por el juego, por excitación, por miedo, por dolor, redirigida, maternal y depredadora. A su vez estas categorías las podemos reunir en tres grandes grupos que serían la agresividad afectiva, comportamiento depredador y la agresividad por juego.
Vamos a hablar un poco más en profundidad de algunas de ellas.
Agresión a los miembros de la familia:
Suele darse cuando el perro se siente desafiado o está asustado y suele se una agresividad por dominancia. Suele darse en mayor medida en perros machos adultos no castrados. Suele comenzar durante los dos primeros meses de tenencia iniciándose como consecuencia de la imposición de disciplina o por comida. Otra posibilidad es que la agresión sea relacionada con conflictos. Suele darse en cachorros excitables. Existe también una predisposición racial en spaniels, terriers y razas enanas. Muchas veces la agresividad no se limita al su entorno social y aparece agresión hacia extraños. Son perros con un conflicto emocional de aproximación-rechazo hacia las personas. Cuando alguien se les acerca, aumenta la ansiedad y muestra signos de agresividad. Si la persona amenazada retrocede la amenaza disminuye. Esto hace que la agresividad se vuelva condicionada ya que el perro aprende que si muestra agresividad, nos retiraremos y su estrés desaparecerá.
Agresión por posesión:
La defensa del alimento o de algún objeto es un comportamiento canino natural pero no aceptable. Se exagera cuando el perro está asustado por un enfrentamiento por el objeto en cuestión, así que sería otro tipo de agresividad por conflicto.
Agresividad territorial:
Se da hacia personas o perros extraños en la propiedad del dueño o en la proximidad del mismo. Es otro comportamiento que, si bien es inaceptable, es normal en el perro.
Agresividad entre perros:
Puede relacionarse con el estatus, territorio, miedo o depredación. En caso de la agresividad entre perros que conviven juntos (“rivalidad entre hermanos”) suelen deberse al estatus entre los perros o a competencia por el cariño del dueño. Suelen ser agresiones graves, sobre todo entre hembras.
Las peleas por el estatus se dan entre animales con un orden jerárquico similar o cuando un joven alcanza la edad adulta y reta a otro que tal vez no puede mantener su posición. Hay que decidir cual es el perro dominante y tratarle como tal y tratando al orto como subordinado (priorizando el orden de comidas, caricias,…)
Agresividad por depredación:
Tiene un importante componente genético y puede ser difícil de tratar. Es muy peligrosa porque no hay aviso previo y no se inhibe el mordisco. Es muy importante la socialización del cachorro con especies que no debe considerar presas (otros perros, gatos, niños,…). Hay que ser cuidadoso a la hora de seleccionar una raza con un importante sentido depredador.
Todos estos tipos de agresividad pueden ser tratados. Generalmente no con un tratamiento farmacológico sino con tratamientos de modificación de conducta, adiestramiento, desensibilización frente a las situaciones de miedo o estrés, etc. Existen también fármacos que pueden ayudar en las terapias pero se aplican, casi exclusivamente, en el caso de que la educación sola no basta. Los fármacos sin reeducación no son efectivos mientras que las terapias de conducta por sí solas sí que son eficaces muchas veces. Es importante estar atentos a cualquier signo de agresividad por parte de nuestro perro para poder atajarlo lo más pronto posible ya que el tiempo es un factor importante a la hora de poder resolver este tipo de problemas conductuales.