Todos asociamos los problemas de parásitos externos (garraptas, pulgas, mosquitos, moscas…) a la temporada cálida comprendida entre marzo y octubre, y protegemos a nuestras mascotas.
Pero, ¿qué pasa durante el invierno? Pues está ocurriendo que, cada vez con más frecuencia, vemos ectoparásitos durante todo el año. ¿Por qué? En el caso de las pulgas, sus huevos y sus larvas, viven dentro de las casas durante todo el año y con condiciones de temperatura favorables para su desarrollo. En el caso de las garrapatas porque algunas han variado su modo de vida. Las garrapatas de la especie Ripicephalus sanguineus (posiblemente la más común) ha “aprendido” a vivir en las casas ya que todas sus fases vitales las pueden pasar parasitando al perro. Otras especies (Ixodes spp., Dermacentor spp.) necesitan, durante sus etapas preadultas, parasitar a otros animales (conejos, ovejas,…) lo que obliga a que vivan en el exterior y no puedan pasar su vida en casa como en el caso de Ripicephalus. Así pues, nuestras mascotas, están en riesgo durante todo el año. Recordemos, además, que tanto pulgas como garrapatas, son parásitos que pueden afectarnos a nosotros.
Señalar también que son transmisores de enfermedades, muchas de ellas zoonósicas (afectan a humanos), muy graves. Entre estas enfermedades se encuentran la ehrlichiosis, babesiosis, Lyme, theileriosis, anaplasmosis, infestaciones por tenias… Baste señalar que durante el último año, en España, se han diagnosticado unos 40.000 casos de enfermedad de Lyme en personas.
Si detectamos alguna garrapata a nuestra mascota, recordad, NUNCA se debe quitar con la mano desnuda ya que puede ser peligroso. Debemos usar guantes, pinzas especiales…
El veterinario debe revisar y actualizar el plan de desparasitación anual de nuestro animal, o plantearnos uno si aún no lo tenemos. La prevención es, sin lugar a dudas, nuestra mejor aliada y tenemos que acordarnos de tener a nuestro animal desparasitado durante TODO EL AÑO, por su salud y por la nuestra.