En la actualidad, los conejos son una de las mascotas preferidas de niños y no tan niños. Tienen una vida media de 5-9 años y un peso corporal de los adultos de aproximadamente 2-5 kg.
Estos pequeños animalitos deben ser revisados por el veterinario con frecuencia, ya que sufren patologías como el crecimiento excesivo de los incisivos y la maloclusión de los mismos. Los incisivos crecen 10cm por año aproximadamente y un crecimiento inadecuado puede causar anorexia, inanición y hasta la muerte de nuestra mascota pero, diagnosticado a tiempo, se puede solucionar con un corte o extracción de la pieza dental afectada.
Otra patología frecuente es la parálisis del tercio posterior, debida a caídas y golpes en las vértebras lumbares. El traumatismo suele ser grave, produciéndose inflamación local que, aunque responde a la terapéutica médica y al reposo en la jaula, normalmente, tiene pronóstico desfavorable.
También se dan infestaciones por ácaros (Psoroptes cuniculi), donde veremos en las orejas de nuestra mascota unas costras gruesas, secas y escamosas que el animal tiende a rascarse. Debe aplicarse un tratamiento tópico y tiene buen pronóstico.
La infección provocada por la bacteria Pasteurella multocida, que puede producir obstrucción nasal, abscesos cutáneos, otitis media e interna y metritis.
Los conejos también sufren enteritis, en las que el dueño suele apreciar desde una deposición blanda, hasta heces abundantes y líquidas, anorexia, deshidratación y muerte repentina.
Por último, cabe destacar los tricobezoares (bolas de pelo causadas por la ingesta de su propio pelo que se apelmaza en el estómago), que pueden producir una obstrucción en el sistema digestivo. El animal se muestra apagado, anorexia y deshidratación y producen la muerte finalmente. Su eliminación debe realizarse quirúrgicamente mediante gastrotomía (apertura del estómago) y eliminación de los tricobezoares del estómago.